s u p e r v i v e n c i a

Por ahí se comenta que estamos en crisis, pero a mi me la bufa.

Seguimos comiendo, bebiendo, respirando, y, en definitiva… viviendo.

Ese es el problema, que la vida sigue, avanza y continúa, ayer tenías 21 y eras feliz…

Hoy tienes 22 y lo eres un poco menos.

Tu cuerpo se empieza a preparar para la catarsis,se dispone ante ti el escenario de un final postapocalíptico.

He decidido prepararme un kit de supervivencia;

Empezaremos eligiendo una buena maleta con ruedas (mi espalda está demasiado sobrecargada de disgustos y problemas) se acumulan entre la escápula derecha y el músculo romboide mayor. Una mochila no le beneficiaría en nada.

En el bolsillo exterior (para objetos de uso urgente) meteré:

1. Un frasco de Cianuro, el 6º dentro de los diez venenos más poderosos…Me será útil cuando acabe hasta los cojones de aguantar a mis padres. Aunque inmediatamente me administraría el correspondiente antídoto, porque, si bien los aborrezco, en el fondo se les aprecia.
2. Una banda sonora nunca viene mal: Me llevaré a Marlango, Najwa Nimri, Alondra Bentley y Anni B Sweet. Y las 3 únicas canciones que me hacen llorar: increíblemente 2 son de P!nk, y la tercera es secretamente secreta.
3. Por si acaso prepararé un arsenal de pastillas antivómitos (por si me cruzo con algún ser detestable). Y una pomada antialérgica (para el mismo uso).
4. El celo nunca viene mal, ayuda a pegar/restaurar errores. Aunque no es tan potente cómo la cola de contacto…el celo siempre deja ver grietas del pasado. El tippex no resulta muy útil, ya que el dolor es imposible de borrar.

En el bolsillo lateral izquierdo pondré:

5. Una buena brújula, de las antiguas: dorada, o plateada si es posible, que marque el sur desde mi habitación, exactamente los 116 kilómetros ( según Google maps) que me separan del corazón que me hace latir.
6. Un reloj de bolsillo (el adquirido en Barcelona me servirá) su tic- tac me recordará la hora y 26 minutos que me separan del oxígeno que me hace respirar.

En el bolsillo latera derecho llevaré:

7. Un mapa, grande, del mundo.

En el interior de la maleta:

8. Una libreta, revistas y rotuladores.
9. Mis cuatro cámaras favoritas, carretes y álbumes de fotos.
10. Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie.
11. El fin de Mr. Y, de Scarlett Thomas
12. The swetness at the bottom of the pie, de Alan Bradley.
13. Semillas para girasoles.
14. Polaroids y cartas de amor.
15. Un pompero.

Puede que la maleta no me ayude a sobrevivir más de dos o tres días.

Aún así tengo la convicción de que moriré aferrado a aquella bonita historia, con niño Down y Celta, que un día se forjó en nuestra imaginación, y que espero llegue a ser.

pseudo-filosofía 2009 //o el peor año recordado por p.strange